Expediente
Warren: the conjuring
Título
original: The Conjuring (The Warren Files)
País: EEUU
Director:
James Wan
Año: 2013
The Conjuring ha llegado a las taquillas españolas cargada de buenas críticas, y no
es para menos. En esta película se combinan casi todos los elementos de los
terrores nocturnos de nuestra infancia distribuidos en un ritmo muy desigual
que sólo te dejará tiempo a coger aire para poder seguir gritando. El único
precio a pagar por estas casi dos horas de tensión es la constante propaganda
religiosa de la que hace gala.
LA TRAMA
En esta
película encontramos las historias de dos familias cruzadas por la intrusión de
seres diabólicos en los años 70.
Por una
parte tenemos a los Perron, una familia numerosa que acaba de mudarse al campo.
Desde la primera noche ven que algo no va bien en casa, hay una presencia que
se hace cada vez más poderosa.
Por otro
lado tenemos a los Warren, una familia aparentemente unida e idílica tras que
la que se oculta una larga historia de posesiones y exorcismos. Los Warren son
cazadores de fantasmas, y tienen contactos con el Vaticano para diagnosticar y
tratar exorcismos.
Ante la
impotencia de no poder hacer nada por detener los sucesos que atormentan la
vida de sus cinco hijas, la madre de la familia Perron contacta con los Warren,
que se encuentran dando una conferencia sobre sus investigaciones paranormales
en la cuidad. Juntos emprenden un camino contra la oscuridad que puede
costarles a los expertos más de lo que habían planeado sacrificar.
EL ANÁLISIS
The
Conjuring tiene todos los elementos de una buena peli de terror: la familia
estructurada donde hay amor hasta dar ganas de vomitar, una casa vieja que
cruje por las noches y está llena de recovecos, una presencia maligna que
ensombrece el más cálido encuentro familiar; unos intermediarios que quieren
defender el bien por encima de todas las cosas, pero que también proyectan
sombras de vez en cuando.... Y voces que te susurran por la noche, escenas en
las que alguien mira a través de una espejo, relojes que se paran, golpes
inesperados...
La cinta
exprime todos nuestros terrores infantiles al máximo: muñecos diabólicos,
monstruos bajo la cama, el sonámbulo que hace cosas raras. Está ambientada en
los 70, y eso le da una frescura en los diálogos y una vuelta a la infancia que
nos hace sentirnos niños vulnerables por un rato.
La película
tiene un ritmo desigual que deja al espectador espacios para recuperar el
aliento, y si bien el principio es un poco lento, a partir de la mitad la trama
se precipita dejando una sensación claustrofóbica en el espectador. Lo que se
pasa en la sala de cine se puede calificar como terror.
Desde el
punto de vista cinematográfico, los efectos están muy bien conseguidos y en
ningún momento nada de lo que ves te parece ridículo. La banda sonora es
crucial en los momentos de tensión, de la misma forma que los silencios en los
momentos previos a la acción, y el ruido ambiente que le da una familiaridad
escalofriante a la situación.
LA CRÍTICA
Sin embargo,
no todo son alabanzas a este film por mi parte. La acción se concentra
demasiado en la segunda parte, quedando la obra un poco descompensada. Además,
ésta se acumula de manera brutal durante muchos minutos y luego se libera
fácilmente, demasiado para mi gusto, [SPOILER] y nos regala un
maravilloso final feliz de esos insulsos que tanto les gustan a los americanos.
No puedes concentrar todo el mal y los miedos de varias generaciones en la
figura de un demonio y luego hacerlo desaparecer de la manera más inverosímil.
Además de
eso, me ha molestado bastante todo el trasfondo de la historia. Como era de
esperar, se canta las alabanzas a la familia estructurada católica y
practicante, y se repite con demasiada insistencia el que librarse de la
presencia será casi imposible debido al hecho de que ninguna de las niñas
estaba bautizada. Una de mis amigas al salir del cine, ha dicho literalmente
que le han entrado ganas de bautizarse, ir a la iglesia todos los días, y hasta
de acoger a un cura en su casa. La propaganda religiosa que hace esta película
es demasiado descarada y desfachatada para que me la tome del todo en serio.
Y como no era
suficiente el trolazo religioso, entre el equipo de protectores hay un policía,
fiel representante del estado, no demasiado creyente pero dispuesto a todo por
proteger y servir a sus ciudadanos.
Así que si
me preguntan mi opinión, tengo que decir que me ha encantado y la odio
dependiendo de cómo lo mire. Me ha encantado como película de terror: porque me
ha hecho saltar del asiento y me ha tenido en tensión, pero también ha habido
ratitos (no muy largos) para recuperarse. No me ha gustado nada como historia:
es una reafirmación constante de la soberanía WASP sobre la brujería y la
oscuridad de los ignorantes indígenas, y un llamamiento urgente al espectador a
abrazar la religión, ensalzar los valores familiares tradicionales, y de paso
recordarnos el gran servicio que nos presta el estado. ¿Qué es exactamente lo
que me quieren vender?
LO MEJOR
La película
da MIEDO. Y no es un recurso repetitivo que sólo funciona la primera vez
que la vez: explota el terror clásico y combina sus diferente formas para hacerte
gritar en la sala.
LO PEOR (Contiene SPOILERS)
La evidente
propaganda religiosa y la defensa de los valores tradicionales familiares. El
mal, [SPOILER] proveniente de la magia negra que practicaban los
indígenas americanos, ataca a una familia blanca estructurada (que curiosamente
no iba a misa y no tenía a sus hijas bautizadas, y eso lo dicen como tres
veces), y es liberada por la fe y el amor de otra familia igual de blanca e
igual de estructurada que ellos. ¡Que me aspen!
EN RESUMEN
Está claro
que vamos a ver este tipo de películas para pasar un miedo horrible, y con ésta
lo vas a pasar de verdad. ¡Muy recomendable! Aunque si eres de los que le molesta
la propaganda religiosa, a lo mejor deberías pensártelo un poco.
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