Te dejo
Hace tiempo que no te quiero, pero no puedo dejarte. Me haces daño, constantemente. Me castigas sin salir y sin comer lo que me gusta; lo has hecho tantas veces que ya me parece hasta normal. He llegado a pensar que lo merezco, porque tú eres todo lo que importa.
Tus intereses han llegado a estar por encima de mi bienestar. Y yo pensaba que eso era normal, porque siempre ha sido así, pero no lo es.
Mis amigos empiezan a darse cuenta de lo tortuosa que es esta relación. Me dicen que no me preocupe, que todo se arreglará, y luego se van a sus casas. Creo que ellos también te tienen miedo.
Pues yo estoy cansada de vivir con miedo. No me importa no tener a dónde ir. No me importan las joyas, ni los zapatos, ni los vestidos bonitos. No voy a vender mi alma por tan poco. No voy a vender mi libertad.
A partir de hoy se acabó, si es que hay algo que terminar.
Te dejo. Renuncio a ti. Esto es una despedida.
No quiero saber más de ti, DINERO. Porque jamás me he sentido más vacía que persiguiéndote por todas partes para mendigarte un bienestar que es falso y que no me llena en absoluto. Si dejé a mi ex-novio por eso, no sé por qué voy a hacer una excepción contigo.
Hasta nunca.
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