Resumen académico del 2010

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La élite

Mismo tono- sonido repetitivo
de las palabras vomitadas
sobre la multitud complaciente-
y largo aplauso que oculta
la poca vergüenza de la élite.

La élite:
esos pocos elegidos
a dedo
por sus amigos.
Esos pocos hombres adultos
de narices largas
y afiladas;
perfectas para oler
culos ajenos.

Blank pages are not allowed
on their tables;
there’s no space for the broken word
in their memorized explanations;
there’s no in between
in the labels of their schedule.

It is not what you say
-te pierden las formas-
up in your high throne
you’re wasting your time
not giving me any to think
about what you just have said,
or reply
to what you have forgotten.

You may be selling your knowledge-
I’m simply wasting my time,
beating my patience
and hating your college:
I’m simply creating rage
out of your self-sufficient manners.

I’m the voice of those
who were not able to be born rich;
I’m the air in the lump
of the poor painter without promotion,
the unpublished novel about old love,
the voice of the old-fashioned god
-the voice of the free culture.

I’m the tear not fallen
throughout your cold cheek.
Soy la voz de las grandes mentes
silenciadas en el frío mundo editorial.
La voz del que no escribe por escribir.
Soy una voz,
y eso ya es mucho:
I’m a literary dream.

Deficiencia Social

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Cuanta más gente conozco, más me doy cuenta de mis carencias sociales, y más noto los prejuicios de los demás. ¡Y no es justo! Una se pasa la vida leyendo, viajando todo lo posible, se interesa por todo lo extranjero y lo "diferente", sólo para abrir mi mente y conocer el mundo mejor (y a todos los que están en él). Pero luego te cruzas con alguien nuevo, intentas llegar a él (sí, él, no él o ella- porque se refiere a "cualquiera" sea del sexo que sea), y en seguida saca su capa protectora de prejuicios.

Intentas por una vez en tu puta vida ser simpática, realmente interesarte por esa persona, y resulta que a ella sólo le importan las cuatro cosas que le han importado siempre: esas cuatro cosas que un día un alma cándida -véase su madre, su padre, o un psicópata lider de una secta, qué más da- le enseñó a amar.

Entonces resulta, mira tú por dónde, que tú le importas una mierda. Y te suelta una patada en la boca:

"Hey!, ¿qué tal?"
"Hola, ¿cómo estás?"
"Bien, ¿leíste mi entrada? Dime, ¿qué te pareció?"
"Una mierda, no sé por qué sigues con el rollo de escribir. Haz algo útil. ¿No estudiabas inglés? Da clases a los niño."
"Ya, es que soy anti-vida. Odio a los niños."
"Pues jódete, ¿no eres una mujer? Estás aquí para criar unos cuantos. ¿Crees que tienes derecho a tener sueños? Si ni siquiera has terminado la carrera aún. ¡Mira! Se te ha caído algo. Creo que es tu dignidad, vas a tener que lavarla."
"Vale, que te den, hij@ de put@ insensible."
"Sí, a ti también. ¡Hasta pronto!"

Cada vez que quiero ser simpática me dan un puñetazo en el estómago. Por eso soy una estierca, ¡y a mucha honra!

Lo peor es que hay días que pasan enteros y apenas hablas con una o dós personas que realmente se enteran de lo que le estás diciendo (vosotros, no tengo que nombraros para que sepáis quienes sois, no contáis en esta afirmación) y eso hace que te sientas como una mierda.

Por más que lo intento, no entiendo a la gente. ¿Por qué andar tan estreñidos cuando hay miles de farmacias llenas de Evacuol?

Mis despropósitos de año nuevo

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Tras las varias resacas de estas amadas fechas, con mucha pereza y tarde, como buena española, comienzo por enumerar mis múltiples promesas al aire. Para que este año sea más fácil, -y porque lo más deseado ya se ha cumplido (que era que terminara esa mierda de año)-, expongo promesas que sí soy capaz de cumplir. Muchas, de hecho, ya las he cumplido.

• Cogeré al menos tres kilos de peso y dejaré el gimnasio indefinidamente.

• Volveré a beberme hasta el agua de los floreros al día siguiente (o incluso el mismo día) de haber dicho “no vuelvo a beber en mi vida”.

• Seguiré esperando que alguien salga de una habitación para hacer algún comentario sobre su persona o para preguntar algo de su vida sentimental al resto de los presentes.

• Dejaré las dietas al día siguiente de empezarlas, y me quejaré luego durante horas amargando a amigos y familiares.

• Dejaré la mitad de los proyectos de mi vida a medias, así como nunca le llegaré a pasar esas fotos tan chulas a mis amigos por e-mail.

• Volveré a beber café como si fuera agua mineral a pesar de haberme pasado la noche anterior en vela por culpa de la cafeína.

• Nunca llamaré, escribiré, visitaré, o me tomaré un café con nadie al que le haya dicho que lo iba a hacer “si eso”.

• Seguiré llamando a mis conocidos cercanos que no llegan a ser amigos por sus respectivos motes cuando no estén escuchando.

• Me pasaré la mitad de mis horas de estudio en el ordenador, con la consola, frente a la tele o simplemente tumbada boca arriba dejando pasar el tiempo.

• Nunca contaré hasta diez antes de hablarle a alguien que ha hecho un comentario que me ha cabreado bastante.

• Me regodearé de mis victorias frente al vencido, y protestaré cuando pierda hasta que la credibilidad del contrincante quede en duda.

En definitiva, nunca dejaré de ser yo misma (aunque le pese al mundo, y a mí misma a veces). No voy a pasarme la noche de Reyes comiendo Ferrero Roché dentro de un perfectísimo vestido color oro de la talla 36, pero tampoco creo que sea para tanto. Me basta con seguir viva y sobrevivir a mis terremotos emocionales.

En fin, espero que vosotros tengáis menos defectos con los que convivir. Feliz año, ¡y aprovechad lo que queda de vacaciones!