Os escribo desde la oscuridad de mi cueva con el sentimiento de estar haciendo algo muy malo, y es que estos minutos que empleo en esto estoy desatendiendo otras obligaciones tediosas.
Os escribo para comunicaros que los hombres grises me han secuestrado, y me tienen tan atrapada que apenas me di cuenta de que ha pasado otro año, y me ha salido otra cana.
Os escribo como quien escribe un mensaje en una botella, con la estúpida esperanza de que alguno lo lea y tenga una solución mágica a un problema inexistente.
Os escribo porque hay días que el Síndrome de Estocolmo aprieta fuerte, y me siento enamorada de esta rutina, y echo pestes de los días en los que no hacía nada por la sociedad, y me limitaba a escribir mis absurdos pensamientos.
Os escribo porque me he dado cuenta de que mis pensamientos son la única cosa que me pertenecerán jamás en el mundo, y porque el sistema está diseñado para hacernos renunciar a ellos. ¡Resistid!
Os escribo y ya no os escribo, porque este escrito, como todo en la vida, como la vida misma, va a acabar a la mitad.
Spring in Athens
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Puli
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Hace tiempo que no escribo porque el sueño americano no te permite pararte a pensar, ni siquiera te permite pararte a mirar las flores por el camino. Tendrás éxitos que nunca disfrutarás, y morirás anhelando pequeño placeres asociados a grandes penurias. Pero todos dirán que fuiste bueno y que tu paso por el mundo fue algo importante y necesario, y luego te olvidarán.
No sé cómo ni por qué he acabado hablando de la muerte, cuando lo que pretendo es cantar las alabanzas de la vida. Hoy me he dado un gustazo, y he dejado paralizadas todas mis responsabilidades, me he comido el sentimiento de culpa y he decidido vivir por un par de horas. Y éste es el fruto de esa vida: mi visión de la primavera en Athens.
Pronto estaré de "vacaciones" y tendré más tiempo que dedicarle a este blog, y entonces espero encontraros ahí como siempre.
¡Sed felices!
No sé cómo ni por qué he acabado hablando de la muerte, cuando lo que pretendo es cantar las alabanzas de la vida. Hoy me he dado un gustazo, y he dejado paralizadas todas mis responsabilidades, me he comido el sentimiento de culpa y he decidido vivir por un par de horas. Y éste es el fruto de esa vida: mi visión de la primavera en Athens.
Pronto estaré de "vacaciones" y tendré más tiempo que dedicarle a este blog, y entonces espero encontraros ahí como siempre.
¡Sed felices!
The Walking Dead 3x15: el comienzo de una era
Acabo de terminar de ver el último capítulo de la temporada, y no puedo parar de darle vueltas a todas las implicaciones que se vislumbran en este episodio. Sin duda, esta tercera temporada marca el fin de una era y el comienzo de un mundo totalmente nuevo. Los niños están naciendo en esta realidad, y las nuevas generaciones están ansiosas por tomar el control (qué mejor ejemplo que Carl).
Bueno, vamos por partes que siempre me adelanto en mis análisis. Primero decir que me ha encantado, fascinado, estaba dando palmas con las orejas de la emoción. Muy bien cerrada la temporada, sí señor (bien por el equipo de guionistas). Hay de todo: sangre, sorpresa, lagrimitas, desconcierto... ¿qué más se puede pedir para un domingo por la noche?
Empieza el capítulo en el pueblo (no, aún no me he aprendido el nombre, ya da igual). Y comienza por debatirse la cuestión de los "bandos". Al doctor lo han pillado siendo desleal al Gobernador, y este le reprime. Por fin después de tanto tiempo se decide y se enfrenta directamente al Gobernador, quien no sólo quiere que obedezca, también necesita humillarlo en el camino. Así que al fin se planta y dice "no", y en consecuencia es eliminado. Esta muerte tiene un doble mensaje: 1. los indecisos no llegan muy lejos en este nuevo mundo, 2. el Gobernador es un sádico asqueroso. Por "suerte", antes de morir hace la buena obra de dejarle a Andrea un arma cerca para que tenga una oportunidad.
En el cara a cara Andrea-Doctor, me pareció patético y bochornoso el momento "aprovechemos que nos quedan sólo unos segundos para contarnos la vida en lugar de darnos prisa y salvarle el culo a Andrea". Cuando lo vi me pareció cursi y que sobraba, claro que entonces no sabía que ella acabaría muriendo y que las palabras que dice en ese momento,"no quiero que nadie muera", definirían a este personaje por completo más adelante. Por eso me reitero en que el guión es muy bueno.
Luego llega la lucha (al fin), y a mí al menos no me ha decepcionado. Antes que nada, debemos tener en cuenta que tanto los números como la preparación era bastante desigual, por lo que la batalla ha sido justa. También me ha gustado ese secretismo en torno al plan, porque al menos yo (inocente) no me esperaba que se hubieran quedado a luchar. Con tanto que sí, que no, que nunca me decido, pues creía que me estaban tomando el pelo.
Lo más importante de este capítulo creo que han sido dos cosas: por un lado, el arrebato del Gobernador, y luego el asesinato a sangre fría que comete Carl. Creo que esta parte está muy bien traída, porque nos trae a un debate de conflicto generacional.
Primero tenemos al Gobernador, un hombre probablemente normal antes del apocalipsis, que se ve enfrentado a una realidad que no comprende y pierde la cabeza en el trayecto. Sus actos hace tiempo que vienen siendo los de un psicópata, y el asesinato en masa de su propia gente no es más que una manifestación pública de su locura. Sin embargo, Carl, que suponemos que también era un niño normal, ha crecido (física y psicológicamente) en este entorno, por lo que ha ido adaptando los viejos valores (que aún no estaban sólidos en su mente) a la nueva situación. Lo que en el primero provocara un choque cultural que le llevara a perder la cabeza, en el segundo sólo ha producido una "evolución" moral de acuerdo a la nueva realidad.
Es decir, que lo hace el Gobernador y está loco, pero Carl lo explica y tiene lógica. "Siempre que alguien ha escapado ha acabado haciendo daño a mi gente, así que mejor no correr riesgos", y se conforma con pensar eso. Esta mentalidad no es viable en el mundo tal y como Rick y los demás adultos lo conocían, pero estamos en un nuevo mundo, e inevitablemente se están tomando por normales otras cosas. Desde luego, este punto va a ser muy polémico, dado que nosotros como espectadores sólo podemos analizarlos desde nuestra perspectiva (y por suerte nunca nos veremos en una situación así).
Realmente, este capítulo también me parece una reflexión muy interesante sobre la "necesidad" de las guerras (no creo que nadie lo haya pensado así, es como el hippy que llevo dentro lo interpreta): hay muchas más cosas que nos unen, principalmente necesidades y deseos comunes, pero son unos pocos, normalmente por intereses personales, quienes nos dirigen al odio.
Así, termina el capítulo con un sabor agridulce: nos dan esperanza sin hacernos olvidar todo lo que queda por hacer. Andrea muere en brazos de su mejor amiga, después de perder a medias la lucha contra el zombi del doctor. Creía que iba a disfrutar la muerte de Andrea, después de las idioteces que ha hecho durante todo este tiempo, pero la verdad es que me dio mucha penita, y creo que murió como una auténtica luchadora. Su único defecto era uno bien grande: tener una cualidad incompatible con la nueva realidad (fé en las personas). Su bondad la hace vulnerable y no cualificada para esta nueva sociedad guerrera, igual que la ambigüedad ideológica del doctor le llevó a la muerte. ¡Somos americanos, somos la ciudad sobre la colina que sirve de ejemplo a la humanidad, y debemos ser fuertes y decididos! (Esta soy yo dejándome llevar eufórica por el mensaje subliminal de la serie, que tal vez ni exista).
Finalmente, la unión de ambos pueblos en la cárcel suponen por una parte una peligrosa situación (hay niños, ancianos enfermos y poco soldados, y el Gobernador aún no está muerto), y por otro lado una especie de homenaje al deseo inocente de Andrea, que sólo quiere que la gente sobreviva.
Y así nos quedamos, en un remanso de tranquilidad para que haya tiempo de llorar a los muertos y de fraguar las alianzas, las desconfianzas y las esperanzas, hasta que el Gobernador u otro peor ataque de nuevo.
Y una cosita antes de irme, ¿no habría podido el tonto de Martínez disparar al Gobernador desde atrás cuando salían después de la matanza? ¿Cómo puede tener tan buena puntería con un solo ojo el hijo de puta? ¿Olerán a podrido todo el rato, aunque estén metidos en la cárcel (quiero decir, el mundo entero está lleno de podridos)? ¿Quién le corta el pelo a Maggie tan bien?
Bueno, esto es todo por mi parte hasta octubre. De momento iré publicando algunas críticas de películas que son adaptaciones de cómic que hace tiempo que quiero hacer, y mientras me decido me dedicaré a leer comics, leer Canción de Hielo y Fuego, y ver todas esas series que me habéis recomendado (muchas gracias). ¡Puede que hasta trabaje y estudie algo!
Muchas gracias por vuestra paciencia.
¡Hasta pronto!
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