Coherence: cuando se rompe el círculo

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Título original: Coherence
Director: James Ward Byrkit
Año: 2013
País: Estados Unidos

Ya sé que soy lo peor, y es que estos meses he visto muchas pelis que no he llegado a comentar. Mi problema es que quiero hacer unos análisis tan exhaustivos que nunca me alcanza el tiempo para escribirlos. Por eso he tomado la determinación de escribir las entradas el mismo día que veo las películas, para darle vida al blog finalmente. Por desgracia, eso puede afectar a la calidad de la redacción. ¡Espero que sea soportable para vosotros!

Esta película me la ha puesto mi novio después de escuchar una crítica en el podcast "El octavo pasajero", del que ambos somos fans y que os recomiendo encarecidamente. Esta película se presentó en el Festival de Sitges y ganó el premio a mejor guión, pero no se llegó a comercializar en España. Yo la he visto usando la aplicación Pop Corn Time (V.O. con subtítulos).

Es una película perfecta para mis gustos, ya que combina la ciencia ficción con el entramado de las relaciones humanas, haciéndonos replantearnos nuestra propia existencia. Todo ello envuelto en un precioso envoltorio tipo documental. Al principio parece una película de conflictos amorosos, y acaba de una manera sorprendente.

LA TRAMA

Un grupo de amigos quedan para cenar en casa de uno de ellos. Se ve que son amigos de toda la vida que por cuestiones de la vida se ven cada vez menos. El ambiente está enrarecido porque por toda la ciudad no se habla de otra cosa que no sea el Cometa Miller, aunque en la mesa de estos amigos son los antiguos líos amorosos de unos y otros los que llevan largos silencios a la mesa. La tensión social se hace cada vez más asfixiante, y cuando se dispara no viene sola.

EL ANÁLISIS

La película tiene un ritmo perfecto para mi gusto. La noche empieza con el calor del reencuentro entre estos amigos,y se achispa con los chismorreos y los chistes privados. La ciencia ficción se cuela lentamente en este drama y se hace totalmente con el control de la historia a mitad de la cinta. Cuando esto pasa, los ánimos ya están calientes y los personajes se activarán como dragones que acaban de despertar mostrando su verdadera cara. Hasta dónde se conocen a sí mismos, y cuánto se fían de lo que saben de los demás, es vital para sobrevivir a esta noche.

LA CRÍTICA (sin spoilers esta vez)

Como gran fan de la ciencia ficción, creo que esta película cumple de una manera brillante el propósito de ésta. Desde mi punto de vista, la ciencia ficción sirve para poner al espectador en una situación totalmente desconocida desde la que pueda evaluar con objetividad la conducta humana y la forma que los seres humanos tenemos de definirnos. ¿Está todo lo que hacemos y decimos justificado por nuestro contexto? ¿Qué seríamos si nuestra realidad fuera otra? ¿Qué podemos hacer si nuestro contexto cambia bruscamente? ¿Qué es, en esencia, lo que nos define y nos hace ser quienes somos?

El fenómeno que presencian los personajes de esta película les hace definirse a sí mismos y defender su propia conducta al principio. Conforme se revelan nuevos datos de su situación, los personajes dudan cada vez más no sólo de su contexto, sino de cuánto de lo que hay en ellos es lo que les hace ser ellos. Lo más interesante de este guión no son las dudas internas, sino cómo estas se reflejan en el comportamiento externo de los personajes: cuanto más dudan de sí mismos, más insisten en mantener esa imagen que ellos saben que es ficticia ante los demás. Buscan desesperados la coherencia dentro de su realidad, y al no encontrarla no les queda otra que colapsar. Ahora bien, ¿qué hay detrás del colapso?

LO MEJOR

El perfecto ritmo de la cinta, que te atrapa desde el minuto uno, y su final. (SPOILER) Al principio no estaba muy de acuerdo con el final, pero tras reflexionar un rato me he dado cuenta de que un final abierto es la única solución para que la esencia de lo que el guión transmite se mantenga.

LO PEOR

Que no hemos podido disfrutarla en el cine.

EN RESUMEN

Una buena película para pensar y quedarte con la boca abierta varias veces en sus 89 minutos de duración. Eso sí, tienes que estar bien despierto todo el tiempo. No es una película para ver cansado o sin ganas de pensar.


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