Discriminación encubierta

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Una de mis pelis favoritas, como ya sabéis, es Origen, de Christopher Nolan. No sólo por su técnica depurada y sus impresionantes efectos especiales -que es lo único que la Academia vio- sino por su mensaje subyacente. Éste va sobre la importancia de la decisiones que tomamos y sus consecuencias. Sobre cómo aceptamos o no esas consecuentcias. Sobre la idea que yace en nuestro subconsciente que conspiró sin que nos diéramos cuenta para que esa decisión saliese a la luz. ¿Por qué hacemos lo que hacemos? ¿Somos siquiera consciente de nuestras acciones?

Esa idea, la mayoría de las veces desapercibida, determina en la mayor parte nuestro comportamiento. Nosotros la seguimos de manera inocente, cayendo la mayoría de las veces en su consecuencia natural e inevitable: puede acabar en suicidio, o en asesinato. Otras veces caemos en el chiste fácil o la broma cruel, o la discrimininación encubierta. Lo hacemos a diario; se lo hacemos a muchas personas.

¿Qué nos mueve a ello? Ni siquiera nos importa, porque sólo vemos las consecuencias. Ante los hechos extremos es fácil señalar al culpable.

Es fácil reconocer a un fascista que lleva una esvástica tatuada en el pecho. Es fácil señalar al camello cuando tiene una televisión de plasma dentro de una chabola. No es difícil saber quién mató a su esposa a puñaladas una trágica madrugada. Lo difícil es saber por qué lo hizo, o que norma moral se lo permitió.

A nadie le dio por pensar que, en origen, es la misma norma que permite que la mujer únicamente sea un objeto de deseo o una recompensa para el hombre en los programas de televisión. La misma norma que deja que las adolescentes compitan por ver quién es la más bella por fuera sin que nunca nadie les pregunte qué sienten en su interior. La misma moral que le da aun niño de veinte años el poder de decirle a su novia cuándo o con quién puede salir. La misma norma que dice que las niñas llevan falda y los niños no.

Sólo cortando estas raíces culturales puede acabarse con estos extremos, que no son más que la punta del iceberg. El poder de destapar las mentiras que conforman nuestro sistema de pensamiento está en todos nosotros, sólo hay que saber mirar.

Feliz día de la mujer a todos.


1 comentarios:

Rukia dijo...

Yo siempre he sido de pantalones =)

Feliz día a ti también!

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