Os escribo desde la oscuridad de mi cueva con el sentimiento de estar haciendo algo muy malo, y es que estos minutos que empleo en esto estoy desatendiendo otras obligaciones tediosas.
Os escribo para comunicaros que los hombres grises me han secuestrado, y me tienen tan atrapada que apenas me di cuenta de que ha pasado otro año, y me ha salido otra cana.
Os escribo como quien escribe un mensaje en una botella, con la estúpida esperanza de que alguno lo lea y tenga una solución mágica a un problema inexistente.
Os escribo porque hay días que el Síndrome de Estocolmo aprieta fuerte, y me siento enamorada de esta rutina, y echo pestes de los días en los que no hacía nada por la sociedad, y me limitaba a escribir mis absurdos pensamientos.
Os escribo porque me he dado cuenta de que mis pensamientos son la única cosa que me pertenecerán jamás en el mundo, y porque el sistema está diseñado para hacernos renunciar a ellos. ¡Resistid!
Os escribo y ya no os escribo, porque este escrito, como todo en la vida, como la vida misma, va a acabar a la mitad.
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2 comentarios:
Leído el mensaje, Puli.
Sigue escribiendo.
Aunque desatiendas obligaciones. Si éstas son tediosas, no es necesariamente malo olvidarse de ellas un rato para pensar.
Abrazos!!
Muchas gracias, Enrique!
La verdad es que recibo mucho apoyo para seguir mis sueños, y lo agradezco porque sin él no sería capaz de sentarme a escribir.
Un abrazo!
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