Hay una parte dentro de mí
donde el mundo existe
pero yo no.
Mis dudas son aire
y mi ira éter.
Allí te veo y no te miro,
y te odio igual sin verte
que sin odiarte
y no me importa.
No me importa porque
me preocupa demasiado,
porque me asfixia
saber que no tengo control
y lo tengo y no lo quiero
y lo deseo
y lo suelto todo.
Lo dejo caer y temo
los cristales rotos
y me cabreo cuando
el mundo
aguanta y sigue
entero.
La corriente se lleva
a los peces muertos
y a los que se han rendido.
Nademos juntos
o abandonemos.
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